Hoy vengo a hablarte del Elevator Pitch.

Esa presentación a la que antes o después te vas a enfrentar para convencer a alguien de que invierta en ti o en tu negocio.

Así que manos a la obra.

Tienes sesenta segundos para presentarte.

Cincuenta y nueve, cincuenta y ocho, cincuenta y siete…

El tiempo sigue corriendo y si no empiezas a hablar, estás derrochando tu oportunidad.

Londres. Cinco de agosto de 2012. Final de los 100 metros lisos masculinos.

Todos los atletas preparados, pistoletazo de salida y ¿te imaginas que Usain Bolt se hubiera quedado parado uno o dos segundos?

No hubiera ganado.

Pero vayamos por partes.

Pero, ¿qué es un elevator pitch

Como te decía antes, es una presentación que dura entre un minuto, a veces algo menos, y dos.

En ella puedes hablar de tu servicio o de tu empresa e incluso puedes presentarte personalmente como candidato a un puesto de trabajo.

Parece que LinkedIn, en un futuro no muy lejano, va a incluir en los perfiles presentaciones en video de un minuto como máximo, y en casi todos los networkings a los que vayas tendrás que usarlo.

En este caso no es cuestión de correr más que los demás, sino de tener las ideas mejor ordenadas.

Un minuto se puede hacer eterno si no llevas tu discurso preparado.

Puede que los nervios te jueguen una mala pasada y que empieces tu elevator pitch con un “uhm, ehm…”

Ese nerviosismo inicial, aunque puede costarte, lo vences ensayando, así que veamos qué te hace falta para esa presentación personal de 10.

 

¿Qué necesitas para tener un buen elevator pitch

Si estuviéramos en otro momento, empezaría esta parte de otro modo, pero como la digitalización ha dado un paso de gigante, ahora lo importante es que sepas preparar tu espacio de trabajo para hacerlo por videoconferencia o que te prepares para hablar directamente frente al público.

El escenario cambia. Tu discurso no debería.

Recuerda, esto va de llamar la atención, de que se acuerden de ti y de lo que haces después de presentarte.

No es un discurso de ventas como tal.

Así que veamos qué te hace falta:

#1. Saluda a tu audiencia 

Tienes poco tiempo, sí, pero, ¿cuánto tiempo tardas en decir “buenos días” u “hola”? 

Si acabas de hacer la prueba seguro que has tardado menos de un segundo.

El saludo es esa parte que a veces los nervios te hace olvidar, y la cordialidad es algo que siempre jugará a tu favor.

#2. Preséntate 

Parece obvio, ¿no?

Ya has saludado, ahora di tu nombre. Así de sencillo, pero dilo dos veces

“Soy Paco, Paco González” (me lo he inventado).

¿Por qué dos veces si un elevator pitch dura poco?

Porque en los primeros segundos tu audiencia puede estar aún distraída, o haciéndose a tu tono de voz, preparándose para escucharte, y si lo dices una vez solamente, quizás tu nombre pase por alto.

Tu nombre es el primer regalo que recibes de tus padres. 

Ellos lo escogieron para que todas las personas te llamaran por él, así que siéntete orgulloso y úsalo.

 

#3. Usa el storytelling 

Es el momento crucial de tu elevetor speech.

Ahora puedes pasar de ser uno más a ser alguien que la gente quiera conocer.

Para marcar la diferencia puedes usar un pequeño storytelling personal.

Y digo “pequeño” porque el tiempo es escaso.

La historia que vayas a contar la eliges tú. 

No tiene que estar relacionada con la actividad a la que te dediques aparentemente, pero recuerda que después de contarla sí tienes que acabar enlazándola con tu profesión o con tu servicio.

Sé auténtico porque la autenticidad siempre deja un buen recuerdo, y lo más importante de todo: conseguirás que tu audiencia empatice contigo.

#4. Tu propuesta de valor, también desde la autenticidad

En este punto, después de usar el storytelling, tienes que explicar qué ofreces, cómo puedes ayudar.

Sin embargo, “propuesta de valor” y “beneficio” no son precisamente palabras fascinantes.

No son términos que enganchen, al igual que tampoco lo hacen las palabras técnicas.

Ese tipo de palabras son un vocabulario muy específico que quien te escucha no suele usar porque ellos tiene el suyo propio.

Haz tu presentación bonita, agradable, recordable. 

Y para eso usa palabras que se comprendan con facilidad.

En definitiva, palabras normales. 

#5. Haz que te recuerden y quieran conocerte mejor

Ya has contado a qué te dedicas o qué ofreces, pero no lo cuentes todo. 

Cuenta lo necesario para generar curiosidad y que quieran conocerte mejor.

Di el “qué”, pero no el “cómo”.

Piensa por unos segundos que eres tú quien escucha la presentación de otra persona. 

Hay una forma muy sencilla de comprobar si te ha generado interés lo que acabas de escuchar y si te ha transmitido “buen rollo”.

Hazte esta pregunta:  

¿Lo invitaría un día a comer?

 Si la respuesta es “sí”, ha sido un buen elevator speech

 Si la respuesta es “no”, no ha tenido que ser necesariamente malo, pero  no ha logrado captar tu atención.

En este tipo de presentaciones los últimos segundos se reservan para recordar tu nombre y profesión o tu marca.

Es el final de tu discurso. 

Si consigues la atención de las personas que tienes enfrente, estas últimas palabras le harán recordarte y querer conocerte más.

Un consejo final para tus presentaciones

Ya conoces cómo crear tu elevator pitch, pero hay más cosas que tienes que tener en cuenta.

No solo tienes que organizar tu discurso, también tienes que transmitirlo.

En los casos en los que estás frente a la pantalla, debes tener tu espacio organizado y estar bien encuadrado en la imagen.

Y tanto si hablas en público como si lo haces online, no te parezcas a un robot. 

Tu cuerpo comunica, tus manos también, aunque muchas veces no sabemos qué hacer con ellas, y por supuesto el tono de tu voz y el ritmo del discurso.

Con un tono único te aseguro que no vas a conseguir la atención del público, y lo mismo sucede con el ritmo, si vas muy rápido no van a retener la información, si vas muy lento puede que no te dé tiempo a decir todo lo necesario.

Te dejo la presentación de Joaquín en vídeo por si necesitas más inspiración. 

Dura justo un minuto.

Aunque si necesitas que te ayude a crear una presentación que sea un espectáculo, solo tienes que agendar una cita con él y comenzar a trabajar.

Así que, ¿nos presentamos?